martes, 26 de octubre de 2010

DESPERTAR

                                     Despertar
                                          
                                               1

Los caminos de la vida son de exploración, de aventura, de aprendizaje, dan un paso más hacia el verdadero hogar. Constituye una necia presunción despreciar y condenar como falso lo que nos parece inverosímil.

      La inquietud no me permitía reconciliar el sueño, los pensamientos saltaban en mi mente y me llevaban a estados de ansiedad, las nuevas obligaciones militares me atrapaban impidiendo el desarrollo de mi ideal artístico. La cabeza de granito que estaba esculpiendo en mi estudio al aire libre en él acantilado la tenía que dejar en reposo igual que otras esculturas que tenía esbozadas en la roca viva. La cabeza de granito era un homenaje que le hacía al hombre del mar y a su dura labor, con otras esculturas la presentaría en una exposición en Madrid cuando me licenciaran.
      Ya la luz de un nuevo día entraba por los sucios cristales y en silencio me levanté. En aquellos momentos se encendieron las luces de la compañía y el sonido de la trompeta indicaba aquél despertar. Salí del cuartel y cogí a la derecha la subida de la carretera hasta llegar a la explanada del faro, necesitaba liberar carga. Una sensación de tristeza me invadía en aquella hermosa mañana de verano, baje a una zona de playa y me acosté en la arena apoyando la cabeza y espalda en una roca.  
      Sentí una reacción de frío en todo el cuerpo y me quedé inmóvil, confuso, ausente. Levanté la cabeza para respirar aquél aire fresco de la mañana y salir de aquel letargo de los sentidos corporales en el cual estaba penetrando en contra de mi deseo. Era como si penetrase en un desconocido estado de conciencia que potenciaba la sensibilidad y liberaba estados de ansiedad. La materia perdía peso, densidad, como si se fuese diluyendo  y bajando por su propio peso para derramarse en el suelo al coger contacto con la arena se convertía en una masa amorfa, impersonal, ajena, alejada.
       Sentí como un mareo, un desmayo, que,  soltaba las amarras materiales y me alejaba de la vida física. Me sentía bien en aquél estado, era como si mis sentidos se hubiesen quedado liberados de la presión de las emociones, de la inquietud que había tenido aquella noche, de los apegos, los deseos. Me sentía liberado en aquél estado que me confundía y lo relacionaba con un sueño dado mi agotamiento al no dormir por la noche, en el cual, no sentía ansiedad. Pensar era determinar, y me dejó ir...
       –No tengo sujeción material, floto –pensé–, hice como una respiración y note que me elevaba más y me  tambaleaba un poco. Contemplaba el paisaje desde otro punto distinto, confuso, miro a mí alrededor y comprendí que estaba  flotando. Cerré los ojos para tomar conciencia de mi propia realidad y seguía viendo. Sentí un aire fresco en mi interior y tuvo la sensación como si me ensanchara, flotaba libremente por impulsos de mis propios deseos  y movido por mi propia energía, formando parte de un sistema y absorbido por su desenvolvimiento.
        El calor se  hizo más intenso en la cara. Tenía los ojos cerrados y seguía viendo, estaba envuelto por una gama de colores que habían sido para mí desconocidos hasta aquél momento, vi un verde claro brillante, trasparente, a través de él se filtraban otros colores, violetas azules, naranjas. Sobre todo, un blanco plateado que se mezclaba con todos los colores dándoles una gama cromática de alta frecuencia que vitalizaba los sentidos y creaba una masa similar a la materia a impulsos de mi voluntad.
        – ¡Qué me está pasando! –meditaba–. Surgieron unos momentos de cierta confusión, comprendí que era yo que generaba la vida, la energía de la que estaba activado y por un impulso de mi voluntad y a través de mi campo consciente podía activar mis emociones. La luz se hizo más intensa, tenía la sensación que estaba viendo con los ojos físicos, me di cuenta que los tenía cerrados, también, que la intensidad del calor al subir aumentaba.
        Una profunda emoción despertó mi ansiedad en un nuevo estado de sensibilidad, extraño para mis sentidos corporales, amplios y profundos para mi sensibilidad que me despertaba en un desconocido estado que me producía una fuerte emoción que arrancaba lágrimas. Lágrimas de felicidad que al bajar por la cara me producían una indefinible paz. Era como si limpiara los males temporales de la materia al entrar en una nueva dimensión.
         Estaba deslumbrado por aquella potente luz, volví a hacer otra relajación, me seguía moviendo,  vía el paisaje y sentía la vida desde otro punto distinto a como lo había visto siempre. Además, todo se enriquecía a impulsos de mis deseos  y voluntad.
         Un amplio valle se presentaba ante mis ojos, unas elevadas montañas rojizas con zonas verdosas se alzaban al final de aquél valle cubierto de gruesos y viejos árboles que protegían unas humildes cabañas y granjas. Dentro de las cueles se hacía sentir el calor humano con sus pasiones y deseos. De sus tejados y de toda la tierra salía como un color gris que al pasar por los viejos árboles se clareaba, haciendo como un embolsamiento en el aire.
        Viejas civilizaciones  y desconocidas culturas se manifestaban ante mis ojos, que con cierta normalidad asimilaba.
         Cuanto más me elevaba comprendía que abarcaba mayores conocimientos, de un vistazo, en un solo instante podía abarcar sabiduría y cultura para las cuales en el desarrollo humano hubiese sido necesario siglos de luchas y estudios.
         Miré hacía abajo y veo distintas vivencias que relacioné con mí sentir humano, era como si hubiese vivido varías vidas, todo aquello me producía como una atadura que me atrapaba en voluntad y conciencia. Sentí frío, un estremecer en todo mi cuerpo y mis puños se cerraron, una presión en el corazón me produjo como un bloqueo, una asfixia. Me  sentí perdido y lloré desconsoladamente. Perdí el sentido de la orientación a la vez que me disminuía la sensibilidad. Me  sentí atrapado por el deseo humano, era como si naciera, si empezara a vivir en una realidad desconocida que no podía controlar y me arrastraba hacía inesperados senderos.
         Mi ego se envalentonó queriendo controlar las emociones y dominar los impulsos, hice una relajación y sentí nerviosismo y un entorpecimiento en la respiración que me produjo una profunda pena. Lloré de rabia atrapado por un fuerte desconsuelo, entraba en un estado de inconsciencia envuelto en dolor, a la vez, mis brazos y piernas se cerraban, la cabeza me tocaba el pecho y entraba en una postura fetal.
         Con aquél desconsuelo, en aquella impotencia y soledad en que me encontraba y atrapado por mi propio dolor terrenal perdí la conciencia en aquella playa en una hermosa mañana de verano.                    



1 comentario:

  1. "Tenía los ojos cerrados y seguía viendo, estaba envuelto por una gama de colores que habían sido para mí desconocidos hasta aquél momento, vi un verde claro brillante, trasparente, a través de él se filtraban otros colores, violetas azules, naranjas. Sobre todo, un blanco plateado que se mezclaba con todos los colores dándoles una gama cromática de alta frecuencia que vitalizaba los sentidos y creaba una masa similar a la materia a impulsos de mi voluntad."

    ¡Cómo se nota que eres un artista! Con solo leer estas líneas, has conseguido que yo también 'vea' esos colores ;)

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