jueves, 28 de mayo de 2020

En las aulas espirituales





Con el fin de complementar trabajos iniciados el día anterior en bien de la ayuda en las aulas a los espíritus atrapados por la pandemia que encontraran su sendero hacíamos estos trabajos de entrega, a la vez, se limpiaran las resonancias de mal estar y dolor  que se estaban produciendo en la esfera terrena. Con ese fin me entregaba al trance  

EN LAS AULAS ESPIRITUALES

1.987-1.  Lectura.  23-5-20

Guía.-  Hermanos queridos estamos preparados en misión para complementar la labor con el trabajo pendiente para dar ayuda a estos hermanos espirituales atrapados por la pandemia, también para complementar nuestros trabajos  de continuidad…, si es de justicia y ley, nos entregamos con amor…

Espíritu.-  Queridos hermanos espirituales, especialmente a vosotros van dirigidas mis palabras de la misma manera que  la de esos hermanos monitores que ahora os conducen en el sendero indicado de continuidad en las aulas espirituales, a vosotros en especial va esta entrega para que seáis conscientes de aquella realidad del alma que en cuerpo perecedero no pudisteis o no quisisteis ver; pues bien sabéis que antes de tomar materia se os dieron instrucciones sobre unos trabajos que había que complementar en cuerpo perecedero.

 La luz del Creador siempre está pendiente para cuando tengáis que tener vuestro despertar; ahora tenéis que comprender     que ya no estáis en el cuerpo físico, que es un desarrollo de vuestras emociones, una falsedad de vuestros sentidos ya que vuestro cuerpo físico ha quedado en las tumbas terrenas. Seguir la misión de continuidad que aun os queda por desarrollar. Por ello, en estas clases en las aulas espirituales encontraréis vuestra identidad, la del alma, pues la del cuerpo ha quedado en la tierra.  Cuando comprendáis esto seréis luz, manantial vivo de energía y fuerza, ayudaros en vez de interferir y senderos de luz se abrirán con aquellos que siguen siendo vuestras familias terrenas, fueron,  siguen siendo en el orden corporal, dada una ley de causa y efecto para complementar vivencias de viejas reencarnaciones de tiempos atrás en engranajes de luz en el sendero del bien. Son vuestras falsas ilusiones que os llevan a confundir la vida del espíritu con la materialidad.

La materialidad es la vestidura  corporal que necesitáis para hacer el trabajo en cuerpo perecedero. La vida pertenece al espíritu y a través de los procesos reencarna torios en distintos planos vais liberando carga externa y cada vez más la luz va cogiendo su esplendor y la potencialidad de la vida va alcanzando una plenitud mayor.

Ahora hermanos  os dejamos con estos  monitores de las aulas espirituales que os irán dando luz, haciendo las indicaciones, las enseñanzas para hacer llegar vuestro sentir a la vibración terrena para vuestro adelantamiento  dado el soporte de este hermano, instrumento terreno que se entrega con amor en bien del  progreso en la luz de la unidad.

Ahora hermanos materiales nos entregamos en misión a vuestro trabajo que como seres intermedios tenéis que desarrollar si queréis encontrar en vuestro interior un poco de luz  de paz y, además, cumplir con vuestra misión. Hacéis los trabajos hermanos queridos en la manera que se os han indicado, dejáis la luz encendida mientras hacéis los trabajos,  las demandas  ya se os han dado y os dejáis llevar por la intuición a la hora de hacerlo y si alguna duda hay podéis consultarlo mentalmente. La  hermana misionera y este hermano que sigue su labor iniciada en esta instancia os darán las respuestas para que lo hagáis en la manera que lo tenéis que hacer.

Ahora elevare mi gratitud  a la potencialidad divina para que su flujo de energía llegue a vuestro sentir, que encontréis vuestra identidad y os abráis con amor a la misión espiritual en lo humano que aun os queda por hacer, se  abrirán caminos, encontraréis sosiego y una paz que es necesaria para el desarrollo de la vida y también para este trabajo espiritual y la continuidad del mismo. Ahora hermanos me retirare para que pasen otros hermanos en misión para complementar el trabajo que debéis de hacer. Que el Padre en su misericordia y amor os asista y  conduzca en ese camino del bien que todavía os queda por complementar, en la luz del padre me retiro, adiós hermanos.
Espíritu Francisco.    Médium, Manolo  Carra


viernes, 22 de mayo de 2020

Eslabones del pasado





EL MÉDIUM Y SU DESARROLLO

Estáis descubriendo quienes sois, modificando creencias. La creencia de la oscuridad, el miedo, la ira, fuerzas posesivas capaces de oponerse al amor. Todas estas cosas están ahí para que aprendáis de ellas, pero, sois vosotros  mismos que las creáis, son sombras de las interferencias producidas por vuestras falsas ilusiones que os separan de la luz…
                                              

                                               3 – 2 – 5

 ESLABONES DEL PASADO.

El alejamiento con él médium en mi desarrollo espiritual iba abriendo puertas, sentido y contenido en el desarrollo de mi vida, tanto en lo humano, artístico como en el desarrollo comercial que tan abandonado había quedado llegando a producir aquella fuerte quiebra de la economía. Para tratar temas sobre nuevas aberturas comerciales me desplacé a Barcelona, allí tuve una entrevista con un cliente que me  pasó nuevos pedidos, también nuevos modelos para introducir en el mercado, para ello tuvimos una comida de negocios.

 Ya cubierto el compromiso con aquél cliente y de manera favorable, fui a visitar al viejo amigo Nelpi, que vivía en la parte vieja de la ciudad cerca del barrio gótico, donde también tenía su estudio. Donde años atrás había pasado muchas horas de sueños, de ilusión, movidos por el mismo ideal artístico  que partía desde los ya lejanos tiempos de Madrid. Durante largo rato estuvimos hablando en su estudio, tenía la obra preparada para una exposición que estaba cercana a realizar, allí tenía sus últimas pinturas y grabados, durante horas estuvimos hablando sobre nuestros ideales y luchas mantenidas a lo largo de muchos años. También estuve viendo el horno que había montado para hacer cerámica, un proyecto común que no llegó a fecundar. Ya era tarde y fuimos a donde vivía con su mujer, en un apartamento del mismo edificio, merendé con él y su mujer, se había casado. Durante horas estuvimos hablando sobre proyectos comunes, allí me sentía bien y motivado, su vida había llevado un rumbo completamente distinto a la mía, había seguido con su lucha artística y su nombre ya sonaba en los centros artísticos.

Al final nos encontramos en donde parecía que iba a ser la última plataforma de nuestra vida corporal, después de proyectos y viajes comunes. Ya el último en Francia, cada uno había tomado caminos distintos, para encontrarnos por causas fortuitas en el resbalar del tiempo en la misma zona y con la misma amistad, pero ya con senderos distintos y determinantes. Aquella visita con el viejo amigo surgida un poco al azar de los acontecimientos me iba a dar una fuerte sacudidura a mí adormecido corazón.

Estaba atrapado por fuerzas que me costaban ordenar, que libremente saltaban en mi interior. Al regreso a mi casa me volvía mi dolor de cabeza que casi ya se había hecho permanente, con aquél dolor de cabeza me acosté. La noche se presentó con inquietud, volvía Francisco a manifestarse en mis sueños.  Me levanté pronto, había una fuerte tensión en mi interior que me impedía trabajar y ordenar mis cosas, en unos momentos que se estaban abriendo nuevos senderos.

Ya por la noche en el estudio los nervios se apoderaban de todo mí ser, tenía una herramienta cortante en la mano y sentí un fuerte impulso de clavármela en mi corazón, en aquél corazón que tanto me estaba haciendo sufrir. –De golpe y movido por un fuerte instinto tiré aquella herramienta cortante con todas mis fuerzas contra una pared. –En aquellos momentos entraba Jaime en el estudio que intuía que negras sombras me rodeaban, –no dijo nada–, un frío desolador se dejó sentir en mi interior, unido a una fuerte indignación por aquél desorden que me envolvía y envenenaba mi ser. Sentí repugnancia de mi comportamiento por la degradación en que había caído mi vida, un fuerte temblor invadió mi ser. Jaime que había permanecido en silencio sin decir nada se dio la vuelta y se marchó.

A pesar de todo aquél desajuste de mi personalidad, una sensibilidad especial se desarrollaba en mis sentidos, en momentos podía ver a través de los cuerpos sólidos, en aquél momento pude ver a Jaime de pie en la escalera  apoyado contra la pared, pendiente por si me tenía que prestar ayuda. Sentí como un desfallecimiento que me dio un poco de calma, luego las pisadas de Jaime sobre la escalera que abandonaba. Ya un poco más sereno estuve meditando sobre los muchos  acontecimientos que condicionaban  mi vida. Comprendí que el encuentro que había tenido con el viejo amigo el día antes, me había dado alegría, sobre todo, ver que las luchas artísticas de tantos años le estaban dando un soporte a su vida  había encontrado estabilidad y compañía, era un buen amigo y un buen hombre y me alegraba de ello. Pero, era yo que me había hecho mucho daño al despertarse mi espíritu, salir de las sombras en que se encontraba.

Sin ser consciente me había dado un fuerte golpe al encontrarme con mi triste realidad, mientras que el viejo amigo seguía con su lucha de ideales y haciendo aquello que deseaba y con una vida estabilizada. Por unos momentos estuve recordando vivencias y luchas comunes, la casa del artista cercana al Escorial, todo un mundo de proyectos que se desvanecieron como la niebla en una mañana de un potente sol, con la mente perdida en los caminos del tiempo, un tanto decaído y con dolor de cabeza me acosté.

A la mañana siguiente me sentí débil, al levantarme estaba sin fuerzas ánimo ni voluntad y una fuerte tensión corría libremente por todo mi ser. Subí al estudio al encender la luz hizo un chispazo, luego se apagó, aquello ya me había pasado varias veces en los últimos tiempos y mayormente cuando estaba muy perturbado, era como si llevase una carga eléctrica y alterase la tensión de la red.

Mi viejo racionalismo cada vez se separaba más de los acontecimientos que se estaban desarrollando en mi interior y se materializaban en mis entornos físicos y en mi propia carne. Siempre había pensado que todas aquellas causas estaban desarrolladas dentro de un desorden cerebral y consciente, unos estados neuróticos en total desajuste. Cada vez más, todo aquello que había rechazado se iba imponiendo y cada vez con más fuerza en mi comportamiento y en aquella extraña realidad que me estaba tocando vivir.

Los acontecimientos psicofísicos cada vez se estaban presentando con más fuerza y demostrando verdades que traspasaban lo admitido como normal para el saber humano. Cada vez me interesaban más los temas paranormales y la nueva filosofía existencial que abría nuevos caminos en el saber humano y el ser caminando en nuevas direcciones dentro de un orden de continuidad. Mis estudios sobre reencarnación iban poniendo cierto orden en mis meditaciones, en donde se ajustaban los conceptos que habían quedado un poco sueltos y desperdigados por mi cerebro. El desarrollo espiritual a través de las reencarnaciones iba liberando carga y formando ajustes en las emociones, deseos y sentimientos que los iba reconduciendo ese proceso del tiempo ya liberados de las fuertes presiones humanas que produce la temporalidad de las cosas.

En muchos momentos de claridad comprendía que un nuevo orden se estaba abriendo para mi conciencia humana, que en buena medida liberaba carga de angustia que se desarrollaba a través de las vivencias humanas. Si en el orden espiritual tenía una continuidad en su proceso evolutivo dentro de un conocimiento mayor, las reencarnaciones era como un calendario que a través de los siglos le daba al humano la posibilidad de vivir nuevas experiencias en la universidad experimental de la vida, tanto en la población humana como en la espiritual.

Aquella misma tarde al acabar de comer una fuerte tensión me volvía a invadir, entrando en estados de fuerte tensión interior que no podía controlar, una extraña reacción eléctrica activaba todos mi organismo, comprendía que estaba perdiendo el control de mi realidad consciente y nada podía hacer para evitarlo. Hablé con Jaime y le pedí ayuda para hacer una comunicación, si era posible que el maestro Francisco me despejara.

Enseguida Jaime hizo los preparativos y limpiezas, ya en el sitio destinado para el trabajo espiritual hice una elevación, una ofrenda de mis órganos para que fuesen activados por el espíritu que se manifestaba como guía espiritual. –Me entregué, enseguida perdí sensibilidad y auto control de la conciencia. A Francisco le costaba hablar; Jaime iba sintonizando con su expresión, llegando a un buen entendimiento y comunicación que iba abriendo puertas a aquella verdad espiritual que con fuerza se manifestaba después de tanto desconsuelo, confusión y tinieblas, que seguía viviendo en mi relación con él médium.

Ya vuelto a mi realidad consciente estaba pálido, bajo en vibración y fuerza; pronto reaccione y a partir de aquél momento me sentí bien ya el resto de la tarde. –Me parecía increíble en la manera en que se estaban desarrollado los acontecimientos, – ¡eran reales!–, a pesar del fuerte racionalismo al que me trataba de agarrar, algo ajeno a mi voluntad y fuerza actuaba moviendo todos los resortes de mi sentir y pensar dentro de un engranaje en que se relacionaban los acontecimientos como eslabones que a través del tiempo marcaban la continuidad de la vida.  Manolo Carra
  



sábado, 16 de mayo de 2020

CARMETA




EL MÉDIUM Y SU DESARROLLO
                       

                                 3 – 6 – 5

 Carmeta. Muchas eran las sensaciones que me asaltaban impidiéndome dormir, me confundían en mis estados conscientes y a la vez me envolvía en ciertos estados de imquiectud. Sentía una presencia a mi lado unida como a un campo de energía que me transportaba a muchos años atrás. Me hacía confundir las sensaciones de aquellos momentos con los recuerdos que estaban dormitando en mi interior desde tiempos lejanos, me costaba situar la verdad real de aquél momento, extraordinaria, que despertaba y traspasaba todos los recuerdos a un presente que se vitalizaba con fuerza.

–En aquellos momentos y sin conocer las causas, instintivamente con realismo y fuerza recordaba a Carmeta, a la vez la  sentía  viva, palpitante y llena de amor a mi lado. Sin causas razonables, lógicas, recordaba una historia que se había desarrollado 25 años atrás, qué por alguna ley de la vida seguía viva, por lo menos en aquellos momentos y para la realidad que estaba viviendo.

Carmeta había sido   una chica que había conocido muchos años atrás en Lugo. A mi lado se sentía bien, serena y tranquila, para ella la vida tenía cierto sentido y contenido, mi acercamiento humano era el mejor estimulante que podía tener dada la situación en que se encontraba. Yo también a su lado me sentía bien, tenía una profunda sensibilidad envuelta en una extraña belleza interior. Carmeta estaba enferma del corazón tenía  18 años, –mi misma edad– a pesar que era alta parecía una niña, su tristeza decaimiento y dolor se manifestaba con fuerza en su expresión y en su gesto, a pesar de ello, tenía en su interior una ternura especial y una bondad que la elevaba por encima de todo lo temporal y tiempo físico. Yo paraba en su casa, allí comía y dormía, el ambiente en la casa era de tristeza y negatividad; la presencia de la muerte se hacía sentir y con fuerza en los pocos componentes que quedaban de aquella larga familia. En mis horas libres ayudaba a Carmeta en su soledad llevándole un poco de entretenimiento, estaba a su lado todo el tiempo que podía, jugaba con ella a las damas y al parchís y a otros juegos que ella en su soledad se inventaba.

Hablábamos de poesía y en momentos que se sentía bien tocaba el piano y cantaba, también le empecé a enseñar a jugar al ajedrez; era muy delgadita y siempre estaba envuelta por una dulce y tierna melancolía, nunca salía de casa en los últimos tiempos y lo más insignificante la turbaba, los que quedaban de su familia la trataban con esmero, era como una sombra de una verdad que se deseaba conservar, siempre me esperaba llena de ansiedad  para estar a mi lado. Yo le había cogido cariño, había algo especial en su interior que me hacía sentir bien a su lado; era como si algo muy fuerte me arrastrase a su espiritu envuelto por una indefinible ternura. No era la mujer  que como hombre o escultor prefería, me sentía más atraído a las mujeres con potentes formas y fuerza de espiritu. Carmeta era todo lo contrario, era una tierna flor que solamente podía vivir al calor y amparo de una gran fuerza protectora, era como una saeta lanzada al viento que se difuminaba en desconocidos y bellos parajes para la sensibilidad humana. De nuestro encuentro, acercamiento y vivencias surgió una escultura. –Flores místicas–, un busto en madera policromada que mandé  a la exposición nacional dos años después.

Su padre era músico, –también Carmeta había estudiado música– organista en la catedral Lugo, daba clases de composición y canto y era amigo de Torcal, que al ver a la chica en aquél desamparo frente a la vida le hablo mía; de mi espiritu y desinterés para ayudar  a la gente, también que estaba yo solo viviendo en una pensión. –Torcal me convenció para que fuese a vivir a la casa del viejo músico, que además era poeta y amante del arte en general.

En aquellos tiempos yo estaba haciendo unas grandes esculturas para una iglesia, el destino en momentos cariñosos, en otros travieso para la vulgar y humana mirada del hombre, pero siempre impositor hizo cambiar mi vida y me acercó al lado de Carmeta, también hizo cambiar la suya, toda una atmósfera inesperada de soledad se había desarrollado en mi entorno que surgía de la oscuridad que había en aquella casa. A pesar que era una época de esplendor en mi joven vida, en mí arte, en relación con el mundo intelectual.  En donde se hablaba de proyectos futuros en las tertulias que formábamos los jóvenes con ideales artísticos, en aquellas luchas a favor de la libertad y en contra la dictadura  dominante: Algo me arrastraba a aquél mundo de silencio y tristeza que había en la casa de Carmeta.

Al año me tuve que marchar a La Coruña para hacer el servicio militar, poco tiempo después y antes de concluirlo tuve que volver a Lugo en donde me había quedado por terminar una escultura, ya mi situación y proyectos eran distintos, paraba en otra casa en donde también tenía mi estudio que había montado por el tiempo que allí estuviese. Mis proyectos ya habían tomado senderos determinantes y esperaba la licencia para marchar a Madrid.

Nada más había sabido de Carmeta y de su destino, yo había emprendido relaciones sentimentales con una chica, –poeta y escritora– conocía a Carmeta y su entorno familiar; por ella, me enteré de la situación que había en su casa, en aquella familia atrapada por el dolor y la impotencia humana para frenar una triste y desoladora situación karmica.

Habían pasado cerca de dos años, era un atardecer y estaba  en el portal de la casa de la poeta, ya el frío de invierno se hacía sentir en aquella ciudad, también su humedad. Entre las sombras del anochecer me pareció ver a Carmeta; al verme ella se echó en mis brazos y me llenó de besos, se apretó muy fuerte  y sentí el palpitar de su corazón en mi pecho, mientras lloraba en una total entrega material. Yo la separé un poco para poderla ver en su conjunto físico, había engordado, se le habían desarrollado los pechos y estaba hermosa  llena de vida. Tenía la cara un poco pintada, el calor de sus labios le daba un aire de voluptuosidad y deseo, una aureola de amor envolvía  su cara. Se sentía feliz, –me dijo.

   “Me siento muy bien, me he acordado mucho de los momentos que hemos pasado juntos y te he querido mucho, yo era una mujer muy enferma y no tenía nada que ofrecer, vivía dentro de una profunda tristeza. ¡Tú me has hecho reaccionar! Gracias”            

 –Llorando se abrazó a mí con todas sus fuerzas, ya más serena me indicó que mantenía relaciones con un chico  se había enamorado  y se sentía feliz. Ya era tarde y señaló, – “me tengo que marchar no quiero que mis padres estén intranquilos por mí”. En aquellos tiempos tendríamos 22 años

–Me abrazó y beso y se marchó,  la poeta, con la que estaba, conocía a Carmeta, había coincidido con su padre en festivales poéticos, además conocía a toda la familia. Me hizo comentarios sobre la vida de Carmeta y la situación que había en su casa. El matrimonio había tenido siete hijos, uno a uno, todos se habían ido muriendo de muerte súbita entre los 20 y 25 años. Ya solamente les quedaba Carmeta, la más pequeña. Los padres estaban muy preocupados por ella, la habían envuelto en algodones y ternura para protegerla sobre aquél destino fatal que arrastraba a la muerte a todos los hijos.

Yo acabé mi trabajo en aquella ciudad, también acabé mi servicio militar y movido por mis ambiciones artísticas me marché a Madrid. Mi relación con la poeta seguía se había establecido un vinculo de amistad y sentimiento. Al año en mi regreso a la casa materna en navidades pasé a visitar a la poeta que ya me esperaba, en Lugo. La encontré alterada, le cogí las manos para darle calor y fuerza se abrazó a mí llorando y me indicó con palabras ínter cortadas por el llanto. – ¡Carmeta se ha muerto hace unos días!

En aquella noche de insomnio recordaba aquél pasado como si lo estuviese viviendo en una realidad presente en la cual no existiera el tiempo ni el espacio. Mi emotividad se alteró al comprender y sentir que Carmeta estaba viva, allí estaba a mi lado y en aquél mismo momento me estaba dando aliento y fuerza, –simplemente se había desprendido de su cuerpo que le era inservible ya para la misión que estaba en su destino–. La sentía en mi interior, aquél rostro infantil de un principio, el deseo de vivir después, aquella fuerza del espiritu  ya la había sentido muchas veces en mi desarrollo como médium, dada la turbación que alcanzaba a mis sentidos corporales nunca la había llegado a identificar. Hice una elevación y sentí con fuerza su palpitar, ya liberado del proceso de sufrimiento que había tenido que vivir en su última materialidad en su misión fugaz por la vida física.  Era un ser elevado en la escala del conocimiento, su materialidad estaba relacionada con la prueba de sus padres, algo que venia desde mucho tiempo atrás, con las muertes de sus hijos tenían que ver en Carmeta el más profundo dolor en aquella niña que adoraban, ya superados los problemas de enfermedad y humanos

 Cuando ya en apariencia física estaba recuperada, el amor había entrado en su corazón y su espiritu estaba lleno de fuera y vigor para los ojos del humano. –Carmeta tuvo que volver a su realidad espiritual ya alejada de las pasiones humanas  para que sus padres carnales quedasen en la más profunda desolación. – ¡Aquello había sucedido por algo y además bien concreto, el karma no perdona…! Pueden pasar siglos terrenos pero se manifiesta.

Al volver por la mañana a mi realidad consciente, las bellas vivencias espirituales y emocionales de la noche se habían recogido en el lugar que tenían que estar en la realidad del tiempo en donde tenían su morada, ya lejos de los vaivenes humanos y de su temporalidad.

 Aquél día lo pasé en una dulce confusión; era para mi un tanto desconcertante desde el plan racional los continuados cambios que surgían en mi interior. Pero aquella noche una hermosa canción de amor sonó en mi corazón en aquel hermoso despertar espiritual sobre las propias vivencias humanas.  

lunes, 4 de mayo de 2020

Causa y efecto




Antes de producirse una reencarnación todos los aspectos de las  necesidades y deseos del alma en profundidad son estudiados por la propia alma y por los maestros y compañeros que comparten la enseñanza, con los seres amados que en esos momentos no están encerrados en cuerpos perecederos.

CAUSA Y EFECTO

Entrega, 1.982-2 - 16-4-20

 Son momentos de intensa actividad hermanos queridos que como bien os ha indicado este hermano introductor que da fuerza y conduce  a este instrumento, ya os indica que en vuestro interior está el profundo sentir y la realidad de cambio si con amor os entregáis y os abrís, salís, de esa brisa pesada que condiciona vuestro sentir y os arrastra a las vivencias  de los cuerpos terrenos.

Lo pesado hermanos queridos se cae, se sumerge a través de cuerpos más ligeros. Lo espiritual al ser energía flota, se esparce, crea ese mundo de amor y de luz  que en vosotros como seres en misión terrena debéis desarrollar con el cultivo de las fuerzas del espíritu en el plano corporal.

Así lo habéis aceptado aquí y en materia lo tenéis que complementar si deseáis elevaros a la luz y superar ese sufrimiento terreno que os arrastra al dolor en la dura prueba que está pasando en estos momentos  vuestra realidad terrena.

Que es alimentación para ese coronavirus que atrapa a esa humanidad y que será la fuerza activa que os lleve con amor a realizar en cuerpo perecedero la labor que por entrega de amor habéis tomado para el desarrollo en la tierra. Si así lo comprendéis y en amor os abrís estaréis por encima de toda pandemia que pueda suceder en los mundos pesados de la materialidad.

Ahora hare los trabajos materiales que este instrumento nos prepara para dar continuidad en su misión terrena; que el Creador, luz y amor, en su misión de fuerza potencie el sentir humano para que haya más entrega y se abra a su vibrar y sienta el latido de la vida más allá de la propia realidad corporal.

Elevaros a la luz y sentiréis el latido de vuestra realidad espiritual aun estando en cuerpo perecedero, pues como bien sabéis hermanos  queridos es una envoltura terrenal que habéis escogido para estar en el mundo corporal.

Dejar todo lo de la tierra en la tierra, que haga la floración en su seno y elevaros en profundo amor en la esencia del alma que como seres de luz y de amor lleváis la enseñanza del Creador a la tierra.

Ya hecho este trabajo me retiraré para seguir esta misión que tenemos en las aulas espirituales con estos hermanos sin preparación previa que llegan a las aulas superiores espirituales atrapados por la confusión y el dolor, todo mi amor hermanos queridos y nuestra entrega espiritual.
Espíritu, Pedro Santiago.   Médium, Manolo Carra