DESPERTAR EN EL ALMA
Invariablemente al estado consciente de nuestras emociones pasiones o deseos la dinámica de la vida y su proceso espiritual sigue su imparable sendero. Los campos activos de energía siguen invadiendo las atmosferas humanas y actuando directamente en nuestro sentir, condicionando nuestra vida por más que no tengamos conciencia de ello en nuestra racionalidad humana. Sí la tiene nuestro instinto si aceptamos y dejamos salir el ser eterno que adormecido nos acompaña...
En un despertar en el alma que aceptado por nuestra conciencia o sin aceptarlo actúa en bien de nuestro desarrollo en momentos determinantes que definen un antes y un después. Por mi deber como espírita y una obligación moral que me impongo; más bien vive en mi interior y ahora la comprendo –desde niño la relación con los que desencarnaban estaba muy cercana y siempre me atrapaban en estado de pasividad–, siguiendo el sendero esta tarde tuve que ir al tanatorio para acompañar familiares y dar ayuda espiritual a una mujer que había desencarnado.
La fuerte experiencia vivida al lado de aquella envoltura corporal abrió en mi sentir una profunda emoción, activada por esa chispa de luz que armoniza y envuelve los determinantes acontecimientos de la vida. Un esplendor de luz invadió mi sentir y eleve un pensamiento de amor y una meditación al servicio de recogida para que aquel espíritu tuviera un buen camino ya como vivo eterno.
Podía ver como su espíritu flotaba en su entorno como si intentase activar la materia en el ensoñamiento en que le había dejado la ciencia terrena, al considerar que la solución estaba en adormecer él sentir. Una enfermedad dominante se había introducido en su interior y al hacer la cirugía se dieron cuenta los médicos que se había esparcido. Fue sometida a un tratamiento químico al considerar que ya nada se podía hacer: sin tener en cuenta voluntad humana o situación del espíritu frente a lo inesperado de la enfermedad. Bendita medicina del alma que nos ayuda a despertar como vivos eternos en los diversos estados por los cuales se va desarrollando nuestro progreso.
Que ese despertar del alma invada nuestro sentir en los momentos determinantes en los caminos de la vida corporal.
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