martes, 28 de julio de 2020

Los primeros pasos




LA MEDIÚMNIDAD Y SU DESARROLLO


Acerco estos “primeros pasos” en el desarrollo de mi mediúmnidad  para las nuevas generaciones sobre  un desarrollo que yo nunca me había planteado ni tampoco lo deseaba ya que me rompía el sendero de mi vocación artística iniciada desde niño al lado de Francisco Asorey, mi maestro en la escultura y desde mi primer momento de mi desarrollo mi guía espiritual, a él mi gratitud como a todos los espíritus que me han ayudado en mi desarrollo.

LOS PRIMEROS PASOS.                  

  1 – 2 – 3


Al acabar de comer sentía cansancio, allí mismo como estaba apoyé la cabeza sobre los brazos que los tenía encima de la mesa, me sentía agotado,  extraño y no tenía ganas de ver ni de hablar con nadie, dormitando allí sentado estuve más de una hora, me sentía molesto y me levanté, el aturdimiento seguía en aumento y me acosté en la cama que había dormido aquella misma noche. Ya la tarde caía y la médium me hizo el test, ya desde un principio rodé por el suelo, en aquellos estados de sensibilidad lo más insignificante se sentía y cortaba la fluidez.

Me daba cuenta que penetraba en un campo de conciencia muy distinto, dilatado, desconocido, todo lo que sucedía en mi interior eran como nuevas y desconocidas sensaciones. Al caerme al suelo sentí la reacción que tuvo mama en su interior, a pesar que no había palabras sentía sus reacciones interiores y ello me hizo volver a la conciencia humana.

Ya finalizado el ejercicio  Munda indicó que no me podía desprender todavía de la materia que faltaba un mayor adiestramiento y ajuste. En la prueba sentí mucho frío  que me corría por todo el cuerpo y me producía temblores.

–Le  pregunté a la médium si lo que me estaba pasando no podía ser un problema de personalidad, algún desajuste cerebral que nada tuviese que ver con el desarrollo espiritual.

–El médium cerró los ojos y mantuvo cierto silencio y de manera determinante dijo que no –remarcando–   que todo lo que me estaba pasando partía del espíritu. Allí todos hablaban a la vez y decidí no hacer más comentarios. Salí al exterior para tomar un poco de aire fresco de la tarde y despejarme, vi a Jaime sentado en un banco de piedra que estaba debajo de un nogal, me senté a su lado y estuvimos hablando sobre los test y como él los veía desde donde se encontraba. Me hizo comentarios importantes relacionados con las atmósferas que se formaban en el momento de hacer las pruebas, comentaba Jaime la falta de sensibilidad y conocimiento que había en la mayoría de la gente que estaba alrededor del médium.

–Me di cuenta que no quería hacer comentarios que había algunas cosas que interiormente le arañaban. En silencio permanecí a su lado al comprender que necesitaba estar solo y me levante para marchar.

–Ya había dado unos pasos y me llamó para indicarme que por su parte tendría un completo apoyo. Un dolor muy profundo pude ver en el interior de Jaime desde que yo había empezado con mi desarrollo espiritual, algo que realmente parecía que le condicionaba y reducía, necesitaba meditar en soledad y me introduje en el bosque.

Aquella noche volvía a dormir en la casa del Bolet, en donde estaba el centro espírita, pude dormir mejor de lo que esperaba a pesar que tuve algunos sobresaltos, al abrir el día me levante y ya el grueso de la gente estaba con sus faenas; pude ver que había como cierta tensión en algunas personas, habían surgido contrariedades por la noche que yo desconocía.

Aquella mañana  me hizo otro test distinto, para ello utilizo un papel de fumar para medir el grado de magnetismo que yo tenía, ya de inicio fui a parar al suelo perdiendo el control consciente. El médium con una mano manejaba mi cuerpo, incluso en momentos sin ningún contacto físico. Ya finalizado el ejercicio y en la fase de descanso el médium indicó que hubo un importante desprendimiento de la materia, estuvo hablando de experiencias que había vivido en su desarrollo  indicando que se podía levantar un cuerpo del suelo solamente con el contacto o con la fuerza de la mente. Sobre aquello yo no tenía ninguna duda y comprendía que tenía buenas cualidades como médium sobre todo en lo relacionado con la parte más corporal. También comentó que quedaba rendida al acabar las pruebas que me estaba haciendo.

Yo experimentaba que al hacerme las pruebas se abrían desconocidos caminos  y se penetraba en unos  estados extrasensoriales  desde donde se podían ver nuevos y desconocidos acontecimientos presentes y pasados, incluso futuros y con bastante claridad,  era como un penetrar en el tiempo pero dentro de una dimensión diferenciada de la marcada por los sentidos corporales, no pensaba en un nuevo sentido si no en la sensible prolongación de los ya conocidos pero liberados de las mordazas que produce las influencias corporales.

La tensión de la mañana se endureció aumentando  por la tarde a la hora de marchar cuando se preparaban las cosas. En medio de aquél estado de dureza  entraba el médium en trance para unos trabajos curativos, ya acabadas las consultas sobre salud tuve una consulta con el maestro celestes  que indicó –que no se dejaran una semana los trabajos que en las condiciones que estaba eran favorables a que surgieran perturbaciones, alucinaciones y presencias se despidió el guía, pasó la portera para cerrar el médium y volvió  a sus estados normales de conciencia.

Cargué el coche y con noche me marche de la casa del Bolet, ya en mi casa sentía una fuerte turbación y me sentía en estados de conciencia cambiantes, un extraño y desconocido estado de ira me poseía de manera alterna. A pesar del sufrimiento que estaba pasando en mi prueba material todavía podía mantener un autocontrol por lo menos en mi desarrollo físico. Todo iba cogiendo una dimensión que yo no contaba con ella, también la desconocía en su totalidad.

Al día siguiente  tuve que ir al bosque para continuar con el trabajo comercial y me costaba darle camino y solución. Fue un día muy extraño, diferente, algo comprendía que estaba cambiando en mi interior como nunca me lo había podido imaginar, en general tenía conciencia quedando anulada la voluntad, tampoco tenía ninguna sensación de interés o de deseo, me era indiferente todo proceso o causa que pudiera tener modificaciones en el desarrollo de mi vida. Comprendía que en muchos momentos yo no controlaba mi voluntad haciendo cosas que por lógica conocimiento y moral rechazaba, me costaba dar solución a las cosas y aquello que había hecho a lo largo de mi vida por oficio rutina o conocimiento me costaba hacer, incluso había momentos en que desconocía mi propia identidad. Jaime me prestaba ayuda en todo momento tenía comprensión con mis estados alterados y cambiantes y siempre estaba a mi lado con su voluntad de entrega, pendiente de darme ayuda.     Año 1.973











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