martes, 31 de enero de 2012

En recuerdo a Pepita

Elevo un pensamiento de luz y de amor a Pepita en recuerdo a aquél amor profundo y limpio de toda influencia material; en mi gratitud  le ofrendo con mi mediúmnidad para que se pueda seguir manifestando ya desde la Casa Eterna en bien de esa verdad de amor y caridad que tanto sufrimiento le llevo en su fase terrena al tener que abandonar el convento en donde se entrego con  amor de su sentir más profundo.
    También, de pasada, elevo un pensamiento de amor a Jaime. Moderador en las dos esferas en su fase espiritual y hermano corporal en su fase terrena; puntal firme en el desarrollo de mi mediúmnidad y en la formación del grupo “los caminos de la vida”, con todo mi amor, Manolo 
Nº 1.489-J. Lectura.    En recuerdo a Pepita.
El verdadero sufrimiento está aquí en el Hogar cuando nos quitamos los vestidos humanos  y abrimos el corazón a la luz. En la tierra es un sufrimiento humano temporal que, en general, nos protegemos con el ego o con la química humana. Aquí no, aquí hay una luz que nos alumbra y deslumbra, podemos poner las manos delante y mirar para otro lado  y nadie nos dice nada. Sabemos que el dolor moral se impone y con el tiempo nos vemos obligado a seguir el sendero. Digo esto para situar la manifestación de Pepita, el espíritu que se acaba de manifestar. Es un espíritu elevado pero al tocar la materia a través de este médium ha vuelto a vivir –otra  vez–, lo que fue su sufrimiento terreno. Está en misión de servicio en enfermería ayudando a otros hermanos que están más rezagados. Esta hermana en la tierra fue un manantial de luz y lo sigue siendo aquí también; al tocar las influencias de la carne se debilitó su potencia; esto también me pasa a mí en muchos momentos a pesar de los muchos años de experiencia y conocimiento que he adquirido, ya en mi trabajo de total entrega en la ayuda y la caridad espiritual.

Conocí a esta hermana en la fase terrena, fue de gran ayuda para mí, para la madre, consuelo profundo para un hermano que desencarnó en aquellas fechas en plena juventud corporal. Tuvo que abandonar el convento en donde había entrado en su adolescencia atrapada por una profunda fe. Yo estuve con ella el día antes de marcharse para Brasil  como enfermera con una orden religiosa. No quiso interferir en los senderos de este médium en su ambición  artística; se había enamorado locamente y se sintió rechazada, arrastrada por su profunda fe cristiana y con el corazón dolorido se marchaba a las misiones. Desde que desencarno mantiene un acercamiento con el médium y aparte de su labor de enfermería  da soporte a esta labor de ayuda que realizamos.

Con estas comunicaciones  se irán  manifestando  espíritus que de alguna manera en un tiempo o en otro estuvimos unidos a vuestras vidas en el plano corporal. Es como la llama viva de una realidad continuadora que no la detiene  el nacer ni el morir corporal; traspasa barreras continentes y mundos, es la Verdad Divina, la luz de la cual estamos necesitados muchos espíritus y todavía más los hombres. Tal vez en otro momento se vuelva a manifestar esta hermana en esta proyección de luz y de amor que cicatriza las heridas terrenas y pone calor en la soledad humana.

–Esto me ha hecho pensar –lo indicado por esta hermana–, que si se enamoró del médium, yo al mejor interferí en ese camino que debía seguir el médium.

No hermana, esto viene de mucho tiempo atrás. Ya lo han indicado los guías, en la época del cristianismo estuvo cerca de la labor del Hermano Jesús. De ahí viene su entrega a su vocación de fe cristiana, tan mal comprendidas por algunas normas que se imponen en la tierra. Todo está engarzado a pesar que nosotros veamos todo confuso cuando estamos en la vida corporal. Esta hermana no veía el amor carnal en este médium, era vidente y se sentía atraída por el amor espiritual,  se entregaría sin reservas con la misma entrega que hace en el trabajo espiritual. Es una hermana que tiene claridad y sigue con una labor que a través de los siglos ha desarrollado en la tierra con entrega y amor.

Tengo que cerrar este instrumento, con la entrega y el deseo que la Divina Luz nos alcance a los que estamos tan necesitados de ella, un abrazo de amor y hermandad, adiós.  Jaime

Grupo, los caminos de la vida.



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