viernes, 22 de mayo de 2020

Eslabones del pasado





EL MÉDIUM Y SU DESARROLLO

Estáis descubriendo quienes sois, modificando creencias. La creencia de la oscuridad, el miedo, la ira, fuerzas posesivas capaces de oponerse al amor. Todas estas cosas están ahí para que aprendáis de ellas, pero, sois vosotros  mismos que las creáis, son sombras de las interferencias producidas por vuestras falsas ilusiones que os separan de la luz…
                                              

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 ESLABONES DEL PASADO.

El alejamiento con él médium en mi desarrollo espiritual iba abriendo puertas, sentido y contenido en el desarrollo de mi vida, tanto en lo humano, artístico como en el desarrollo comercial que tan abandonado había quedado llegando a producir aquella fuerte quiebra de la economía. Para tratar temas sobre nuevas aberturas comerciales me desplacé a Barcelona, allí tuve una entrevista con un cliente que me  pasó nuevos pedidos, también nuevos modelos para introducir en el mercado, para ello tuvimos una comida de negocios.

 Ya cubierto el compromiso con aquél cliente y de manera favorable, fui a visitar al viejo amigo Nelpi, que vivía en la parte vieja de la ciudad cerca del barrio gótico, donde también tenía su estudio. Donde años atrás había pasado muchas horas de sueños, de ilusión, movidos por el mismo ideal artístico  que partía desde los ya lejanos tiempos de Madrid. Durante largo rato estuvimos hablando en su estudio, tenía la obra preparada para una exposición que estaba cercana a realizar, allí tenía sus últimas pinturas y grabados, durante horas estuvimos hablando sobre nuestros ideales y luchas mantenidas a lo largo de muchos años. También estuve viendo el horno que había montado para hacer cerámica, un proyecto común que no llegó a fecundar. Ya era tarde y fuimos a donde vivía con su mujer, en un apartamento del mismo edificio, merendé con él y su mujer, se había casado. Durante horas estuvimos hablando sobre proyectos comunes, allí me sentía bien y motivado, su vida había llevado un rumbo completamente distinto a la mía, había seguido con su lucha artística y su nombre ya sonaba en los centros artísticos.

Al final nos encontramos en donde parecía que iba a ser la última plataforma de nuestra vida corporal, después de proyectos y viajes comunes. Ya el último en Francia, cada uno había tomado caminos distintos, para encontrarnos por causas fortuitas en el resbalar del tiempo en la misma zona y con la misma amistad, pero ya con senderos distintos y determinantes. Aquella visita con el viejo amigo surgida un poco al azar de los acontecimientos me iba a dar una fuerte sacudidura a mí adormecido corazón.

Estaba atrapado por fuerzas que me costaban ordenar, que libremente saltaban en mi interior. Al regreso a mi casa me volvía mi dolor de cabeza que casi ya se había hecho permanente, con aquél dolor de cabeza me acosté. La noche se presentó con inquietud, volvía Francisco a manifestarse en mis sueños.  Me levanté pronto, había una fuerte tensión en mi interior que me impedía trabajar y ordenar mis cosas, en unos momentos que se estaban abriendo nuevos senderos.

Ya por la noche en el estudio los nervios se apoderaban de todo mí ser, tenía una herramienta cortante en la mano y sentí un fuerte impulso de clavármela en mi corazón, en aquél corazón que tanto me estaba haciendo sufrir. –De golpe y movido por un fuerte instinto tiré aquella herramienta cortante con todas mis fuerzas contra una pared. –En aquellos momentos entraba Jaime en el estudio que intuía que negras sombras me rodeaban, –no dijo nada–, un frío desolador se dejó sentir en mi interior, unido a una fuerte indignación por aquél desorden que me envolvía y envenenaba mi ser. Sentí repugnancia de mi comportamiento por la degradación en que había caído mi vida, un fuerte temblor invadió mi ser. Jaime que había permanecido en silencio sin decir nada se dio la vuelta y se marchó.

A pesar de todo aquél desajuste de mi personalidad, una sensibilidad especial se desarrollaba en mis sentidos, en momentos podía ver a través de los cuerpos sólidos, en aquél momento pude ver a Jaime de pie en la escalera  apoyado contra la pared, pendiente por si me tenía que prestar ayuda. Sentí como un desfallecimiento que me dio un poco de calma, luego las pisadas de Jaime sobre la escalera que abandonaba. Ya un poco más sereno estuve meditando sobre los muchos  acontecimientos que condicionaban  mi vida. Comprendí que el encuentro que había tenido con el viejo amigo el día antes, me había dado alegría, sobre todo, ver que las luchas artísticas de tantos años le estaban dando un soporte a su vida  había encontrado estabilidad y compañía, era un buen amigo y un buen hombre y me alegraba de ello. Pero, era yo que me había hecho mucho daño al despertarse mi espíritu, salir de las sombras en que se encontraba.

Sin ser consciente me había dado un fuerte golpe al encontrarme con mi triste realidad, mientras que el viejo amigo seguía con su lucha de ideales y haciendo aquello que deseaba y con una vida estabilizada. Por unos momentos estuve recordando vivencias y luchas comunes, la casa del artista cercana al Escorial, todo un mundo de proyectos que se desvanecieron como la niebla en una mañana de un potente sol, con la mente perdida en los caminos del tiempo, un tanto decaído y con dolor de cabeza me acosté.

A la mañana siguiente me sentí débil, al levantarme estaba sin fuerzas ánimo ni voluntad y una fuerte tensión corría libremente por todo mi ser. Subí al estudio al encender la luz hizo un chispazo, luego se apagó, aquello ya me había pasado varias veces en los últimos tiempos y mayormente cuando estaba muy perturbado, era como si llevase una carga eléctrica y alterase la tensión de la red.

Mi viejo racionalismo cada vez se separaba más de los acontecimientos que se estaban desarrollando en mi interior y se materializaban en mis entornos físicos y en mi propia carne. Siempre había pensado que todas aquellas causas estaban desarrolladas dentro de un desorden cerebral y consciente, unos estados neuróticos en total desajuste. Cada vez más, todo aquello que había rechazado se iba imponiendo y cada vez con más fuerza en mi comportamiento y en aquella extraña realidad que me estaba tocando vivir.

Los acontecimientos psicofísicos cada vez se estaban presentando con más fuerza y demostrando verdades que traspasaban lo admitido como normal para el saber humano. Cada vez me interesaban más los temas paranormales y la nueva filosofía existencial que abría nuevos caminos en el saber humano y el ser caminando en nuevas direcciones dentro de un orden de continuidad. Mis estudios sobre reencarnación iban poniendo cierto orden en mis meditaciones, en donde se ajustaban los conceptos que habían quedado un poco sueltos y desperdigados por mi cerebro. El desarrollo espiritual a través de las reencarnaciones iba liberando carga y formando ajustes en las emociones, deseos y sentimientos que los iba reconduciendo ese proceso del tiempo ya liberados de las fuertes presiones humanas que produce la temporalidad de las cosas.

En muchos momentos de claridad comprendía que un nuevo orden se estaba abriendo para mi conciencia humana, que en buena medida liberaba carga de angustia que se desarrollaba a través de las vivencias humanas. Si en el orden espiritual tenía una continuidad en su proceso evolutivo dentro de un conocimiento mayor, las reencarnaciones era como un calendario que a través de los siglos le daba al humano la posibilidad de vivir nuevas experiencias en la universidad experimental de la vida, tanto en la población humana como en la espiritual.

Aquella misma tarde al acabar de comer una fuerte tensión me volvía a invadir, entrando en estados de fuerte tensión interior que no podía controlar, una extraña reacción eléctrica activaba todos mi organismo, comprendía que estaba perdiendo el control de mi realidad consciente y nada podía hacer para evitarlo. Hablé con Jaime y le pedí ayuda para hacer una comunicación, si era posible que el maestro Francisco me despejara.

Enseguida Jaime hizo los preparativos y limpiezas, ya en el sitio destinado para el trabajo espiritual hice una elevación, una ofrenda de mis órganos para que fuesen activados por el espíritu que se manifestaba como guía espiritual. –Me entregué, enseguida perdí sensibilidad y auto control de la conciencia. A Francisco le costaba hablar; Jaime iba sintonizando con su expresión, llegando a un buen entendimiento y comunicación que iba abriendo puertas a aquella verdad espiritual que con fuerza se manifestaba después de tanto desconsuelo, confusión y tinieblas, que seguía viviendo en mi relación con él médium.

Ya vuelto a mi realidad consciente estaba pálido, bajo en vibración y fuerza; pronto reaccione y a partir de aquél momento me sentí bien ya el resto de la tarde. –Me parecía increíble en la manera en que se estaban desarrollado los acontecimientos, – ¡eran reales!–, a pesar del fuerte racionalismo al que me trataba de agarrar, algo ajeno a mi voluntad y fuerza actuaba moviendo todos los resortes de mi sentir y pensar dentro de un engranaje en que se relacionaban los acontecimientos como eslabones que a través del tiempo marcaban la continuidad de la vida.  Manolo Carra
  



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