Unos días
atrás una compañera del grupo de apoyo me indicó del fallecimiento de un
familiar, después de un largo sufrimiento. Tenía 55 años y había fallecido de un cáncer de pulmón. Su
madre, mayor, estaba internada en una
residencia en un estado de total inconsciencia. Dada situación y estado no le
hicieron saber del fallecimiento de su hijo para no llevarle más dolor.
Acompañado
de este familiar me acerque al tanatorio, en servicio de misión. Una semana
después se manifiesta esta mujer
–corporal– con su hijo fallecido en brazos, en la reunión de caridad
espiritual que realizamos en el grupo.
Los caminos de la vida. Fecha
lectura. 17-11-16. Como enseñanza
viva de una verdad de amor que traspasa lo limitado del sentir humano
LEY DE
PROGRESO
–Hermano, se ha manifestado una mujer con un
niño en brazos y ha producido una fuerte emotividad; nos podéis indicar algo
sobre esto, si es de justicia.
Es nuestra
misión y deseo. Son muchas las necesidades materiales que hay en el mundo
terreno en el cual se desarrollan los acontecimientos de las pruebas humanas.
Esta hermana que se ha manifestado con
su hijo es –terrenal– no se pudo despedir de su hijo y le fue permitido que lo
recogiera. Como enseñanza de amor, en gratitud y cariño.
–Sí,
yo con este instrumento que utilizamos he ido a este entierro, del hijo de esta
mujer –ella todavía vive– está internada en una residencia allí lleva muchos
años y no reconoce a nadie, esto dicen.
Son muchas
las necesidades que hay y aunque os parezca lejana la parte espiritual estáis
viviendo también en espíritu. Esto, aunque vuestro campo consciente no lo comprenda;
estáis atados a una cadena de progreso que no podéis salir de ella, tanto si tenéis
fe como si no la tenéis. Es la fuerza de la vida que determina, es la ley de
progreso que eleva el sentir y abre puertas en el camino que como seres de luz
que sois tenéis que seguir. En ello está la entrega humana y el logro de
vuestra felicidad en el plano terreno en la aceptación de la verdad, que por
mucho sufrimiento que haya en la tierra siempre hay una zona de luz en donde se
cobija el espíritu y le da fuerzas a vuestra conciencia para seguir aquél
camino que todos tenemos que hacer, hombres y espíritus.
–Esta hermana está en una total parálisis y
no reconoce a nadie, así lleva muchos años.
Esta hermana
está viviendo en el mundo espiritual y para ella es la unión familiar la que se
manifiesta, en un plano en el cual no tiene una conciencia clara. Pero debía
hacer esa manifestación como enseñanza de amor a otros hermanos.
– Yo cuando voy a ver a esta hermana me
dicen que no conoce a nadie, yo le hablo, siento su respuesta interior, y me queda mirando, intuyo que me conoce.
Los humanos
os envolvéis en un ego por falta de conocimiento y os dejáis llevar por aquello
que determinan los sentidos corporales. La vida espiritual se agudiza cuando la
materia se debilita; al debilitarse la materia el campo espiritual supra
consciente adquiere una mayor fluidez y los órganos más debilitados tienen una
nueva posibilidad desde la frecuencia
superior del espíritu. Marcháis del mundo terreno en total claridad con una
visión clara, es lo único que os lleváis del mundo material.
– A mi me perece que aquella hermana no se
puede expresar pero ella nos conoce.
Independientemente
y en beneficio del progreso todo va envejeciendo en el desarrollo corporal, se
renueva al tomar materia, seguís el desarrollo y cuando complementáis la misión
de trabajo os volvéis a marchar. Hablamos en genérico; mayormente para estos
hermanos que ya sin cuerpo –pues algunos han sido incinerados– siguen viviendo
como si estuviesen en la vida corporal.
Nada de lo
que sucede en vuestro mundo terreno es puesto por un ser maléfico que os quiera
hacer daño, todo sucede por una ley del Creador y todo lo que tenga que pasar
por el sacrificio humano es necesario aceptarlo para que se manifieste aquella
luz, aquél cambio que abra las puertas en aquél sendero que tenéis que seguir.
Pero cuando la mente humana se aferra a lo temporal de la materia el
sufrimiento acondiciona en todos los sentidos
Nuestro deseo que os abráis con amor al frescor del
alma, para que haya un renacer en vuestra biología, lo mismo que sucede en la
naturaleza en cada ciclo de su desarrollo. Dejar brotar esa luz que ilumina
vuestra alma y encontrareis el camino en vuestra misión terrena.
Espíritu
Francisco
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