jueves, 18 de octubre de 2012

Vicencia y reflexión

    
 Se había finalizado el trabajo de  caridad espiritual en aquel atardecer cálido; mientras  la médium moderadora hacía los pases y daba salida a la indicación de los mentores espirituales me retiré a meditar a una zona tranquila del jardín, para tener una  reflexión sobre aquél lugar de entrega y recogimiento para el desarrollo de la caridad espiritual. Había empezado como una casa museo en mis años mozos  y concluía como una clínica espiritual; un lugar de recogimiento y de sosiego para el alma, atrapada en “los caminos de la vida”
                          
                            10. Vivencia y reflexión


Desde mi niñez movido por una fuerte vocación quería ser escultor; tenía diez años y guiado por aquél ideal entré en el taller de Francisco, dado mi adelantamiento  me puso a su lado. No había cumplido los 18 años me dio unos planos y me dice...  Vete...,  allí tienes que hacer este monumento. Confuso empecé mi autonomía como escultor; a  los 25 años vivía en Paris, allí me entero por una revista de arte del fallecimiento del mi maestro, sus restos iban a ser depositados  en el panteón de hombres ilustres.
Mi nombre sonaba en Europa y preparaba una exposición en Nueva York, donde ya tenía apalabrada una sala. Empezaron a surgir conflictos en mi familia; también en mi personalidad y en mi cerebro, un total desajuste que me  llevo a buscar en lo más alto del saber humano ayuda, consiguiendo un rotundo empeoramiento. Tuve que volver al país derrotado, simplifico al máximo  para que sea valorada la ciencia celeste y no mi pobre ignorancia humana  unida a una prueba que tanto me costaba comprender al romper con mis glorias terrenas.

Mi deterioro iba en aumento, y siguiendo la misión de mi alma me llevó al encuentro con un médium.  Me ofreció una consulta y uno de sus guías espirituales me atendió; en su vida física había sido sacerdote y médico naturista. Me cogió las manos y su energía me quemaba, esbozó una sonrisa y me dice, –Tienes que desarrollarte como Médium.

–Cómo...!

–Sí, esa es tu misión; tienes mucha energía y tu misión humana es trasmisora, al seguir así en menos de cinco años estarás en un psiquiátrico.

– ¡Eso no es posible...!

–Sí, lo es,  será. Si no ahora será en otra materialidad... ¡Y será ahora!

Guardé silencio dentro de aquél desgarro que se producía en lo más profundo de mí ser..., y pensé. ¡Qué hago...!

–De momento, dejar de tomar toda la química que te recetaron los Doctores materiales si no quieres destrozar tu cerebro, con ello, acelerar tu entrada en el manicomio.

Una sonrisa burlona hizo un estallido en mi interior, no estaba enfrente de los siquiatras que podía leer en sus mentes y comprendía la confusión en que estaban

Mi desarrollo como médium fue largo y duro. El primer guía que se presentó fue mi maestro en la escultura, Francisco. Se quedó como  introductor. En su recuerdo elevo un pensamiento de amor y gratitud en esta “vivencia reflexión”.

 El pasó del tiempo, y siguiendo el guión ya trazado de mi alma se fueron aclarando las situaciones. Atrás quedaban mis glorias terrenas, en el polvo de la vida material. El tiempo siempre piadoso fue canalizando mi vida y me llevó a la infancia del espíritu ya en la vejez de mi vida física. Todo se aclaro cuando pude ver el paisaje de mi destino, ya sin que me deslumbrase el falso reflejo de la luz de la temporalidad humana. Desde niño tuve recuerdos prenatales, levitaciones. Todo un mundo fenoménico se desarrollaba en mi interior que consideraba normal. El paso del tiempo me hizo comprender que si no nos dejamos llevar por la misión del alma, y cumplimos; somos cruelmente arrastrados. Debemos con amor y humildad aceptar esa luz regeneradora desarrollada a través de los siglos por la dinámica celeste  que nosotros hemos preparados en otro estado de mas claridad, para la labor terrena que debemos hacer.

Ya en la vejez corporal y atrapado por el cansancio terreno preparo el camino de retorno, en una misión que tendré que complementar ya desde el Hogar. Elevo mi gratitud y amor a todos los hermanos espirituales que nos asisten en la labor mediúmnimica en este medio siglo de total entrega. Una misión que tanto rechace en mis años mozos, que hoy bendigo; gracias a ella y a mi entrega pude superar mucha amargura que había en los senderos de mi vida terrena. Manolo

No hay comentarios:

Publicar un comentario