viernes, 24 de agosto de 2012

El dolor moral

         La oscuridad se forma con la ausencia de la luz; el dolor se acrecienta   con la oscuridad y la ausencia de la esperanza. Es solamente una sombra producida por las falsas ilusiones que os separan de la plenitud, como seres de luz.            


          Profundo y lacerante tema poco resuelto en nuestros hospitales terrenos “el dolor moral”. Hablo del hombre y su dolor en la proyección física dentro de la realidad humana, tema que me preocupa  en mi misión de caridad y ayuda con los que han vivido ese dolor en sus cuerpos físicos y se han tenido que someter a largos reajustes en las clínicas espirituales. Primero, para desintoxicarlos de la química  sometida a su cuerpo físico,  luego, para que el espíritu adquiera su lucidez normal  y pueda seguir el camino preparatorio para su misión  en el Hogar o para una posible y nueva materialidad.

         Dolor moral, tema que viví con total intensidad y fue la causa que me arrastro a mi desarrollo. Ya fortalecido fue mi primer trabajo espiritual en dar ayuda cuando la ciencia humana no tenía capacidad para ello. A esta labor me dediqué muchos años materiales y mi energía en esta misión de ayuda, tratando el tema de la medicina psicosomática que pensamos será la medicina del futuro que ayude en el dolor y que armonice cuerpo y espíritu. También, que cuando desencarnemos que  lleguemos a la Casa Eterna en total lucidez  y no nos tengan que ingresar en las clínicas de ajuste, incluso estando ingresado en los hospitales terrenos. Como le pasó a Jaime  que era trasportado a los centros espirituales de ajuste para liberarle de su dolor, estando ingresado en un hospital especializado para enfermos terminales. Manolo

                  El dolor moral

 Espiritualmente  me trasportaban a los hospitales para limpiarme y liberarme de aquél dolor que no soportaba, luego me llevaban a centros de reunión y de ajuste desde donde veía la realidad de lo que me pasaba y tenía conciencia de ello, incluso veía mi debilitado cuerpo en aquel hospital, estaba atado y con un esparadrapo en la boca. La química me producía una fuerte reacción que era molesta para los que me asistían. Al volver al cuerpo físico volvía a entrar en la turbación humana producida por mi propio sufrimiento terrestre. Tenía que seguir allí hasta culminar mi misión terrena, en un amanecer en un esplendor de luz se produjo al paro cardiaco.
Espíritu, Jaime.

         Jaime, ha sido colaborador en la formación del grupo “los caminos de la vida” en su fase terrena. En la actualidad sigue la labor iniciada en la tierra como moderador  desde el Hogar; nuestra gratitud y cariño. Nuestro deseo que estos trabajos reparadores se manifiesten en bien del tratamiento de ese “dolor moral” que  produce verdaderas tragedias en las familias materiales. Desde aquí presentamos un espacio para el debate en bien de la ayuda humana y la caridad espiritual. 
        
        Grupo, los caminos de la vida.

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