Entregaros
libremente, abrir en vuestros corazones el deseo de percibir esa “medicina del
alma”. Abandonar toda expectativa respecto al modo en que se presentará…,
sucederá.
LA MEDICINA
DEL ALMA
La esperanza
en la medicina del alma fue la luz para los que hemos vivido las duras pruebas, los que hemos
tenido tantas turbulencias en el mundo terreno, como yo las he tenido, nos
ayuda. Mi fe y mi entrega al Hermano Jesús me ha protegido en el noviciado y
luego en la dureza de las misiones, mi amor siempre estuvo por encima de todo,
ello me llevó a soportar con más sosiego y entrega las duras pruebas que
venimos a depurar en la vida corporal.
Hay un
hermano que te quiso mucho en la vida terrena y ahora te está dando apoyo y
consuelo en estos momentos tan duros que estás pasando en tu enfermedad.
– Es mi hermano o mi padre.
Es tu padre
terreno, asiste en los centros espirituales a las ceremonias que se hacen con
salmos dedicados a la labor espiritual. Siempre que sientas esa sensación
tendrás su consuelo. Ese otro hermano que indicas está todavía muy atrasado.
– Yo lo comentaba pues también tuvo cáncer.
No, está
poco evolucionado, le cuesta aceptar la manera en que ha sido tratado en lo
humano en su enfermedad. Le costara liberar ese ego que lo ha enganchado tan
fuerte.
Ya te han
indicado los maestros que hagas las
elevaciones, poniendo la voluntad al servicio del proceso espiritual, siempre
que lo hagáis así encontraréis consuelo y un camino de continuidad.
Me retiraré
con el deseo que el bendito amor del Hermano Jesús anide en vuestros pechos y en el palpitar de la vida que abra puertas
de esperanza y de consuelo en ese camino de continuidad que tanto hombres como
espíritus tenemos que hacer.
Me indican
del servicio de enfermería espiritual que tendrás asistencia, lo notarás cuando
estés en los procesos curativos. Además aceptarás con más amor esta prueba
material; ya te ha indicado el guía espiritual que es un cambio que se está
gestando en tu interior. Que la luz nos asista en nuestros trabajos de entrega
y de caridad.
Espíritu,
una hermana misionera.
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