LA MEDIÚMNIDAD Y SU DESARROLLO
Cuando os
introducís en una vida humana se abre un nuevo ciclo para vuestra alma. Entráis
como en una especie de falsedad perceptiva que es a lo que llamáis ilusión. En
las experiencias de la vida terrena tenéis que encontrar el apoyo que el alma
desea para desarrollar su labor. Para ello tenéis que trabajar con los
materiales terrenos, despreciar el barro es dudar de la Divinidad del Alma
ACCIÓN Y REACCIÓN
Mis cambios en
el carácter eran continuados, además
continuamente estaba viviendo experiencias paranormales que me indicaban mi
nuevo camino a seguir por el cual yo no
quería andar. Aquella noche tuve una larga experiencia psíquica relacionada y de manera directa con mi
situación humana y sentimental, con el momento de cambios que estaba viviendo.
La experiencia se desarrollaba en la casa paterna en donde había vivido mi
niñez y adolescencia.
Me encontraba en aquella casa y
me veía como era en los momentos que se desarrollaba la vivencia. Veo que
entran, enseguida me di cuenta que se trataba del médico que atendía a mi
compañera sentimental; me indicó que le había dicho que yo estaría allí, que
hablase conmigo. Pasó a una sala y se
sentó enfrente mía. Antes estuvo viendo todo lo que estaba al alcance de la vista.
–Era un hombre alto, atlético, a su lado yo me sentía más alto, no comprendía
aquella visita y tampoco le daba importancia, simplemente sucedía. En la cabeza
llevaba como un casco de donde salían unas conexiones, pensé que había hecho el viaje en moto. Para
darle contenido a la situación y tratar de aclararla, le indiqué que mi
compañera no había llegado.
–Ya lo sé, –me indicó, y siguió hablando. En aquellos momentos pasaron
dos mujeres vestidas de negro por donde estaba el médico y continuaron al
interior de la casa, más que mujeres parecían sombras y una era muy alta,
pasaría de los dos metros. Todo lo veía con claridad y total serenidad.
Ya vuelto a mi realidad consciente me sentí un tanto
confuso por lo claro y concreto en que
se habían presentado las imágenes de un desbordante realismo.
A la noche siguiente volvía a tener otra experiencia
con aquél médico. Era repetitiva, un indicador como una alarma que parecía indicar
un mal que se aproximaba. Lo veía ya sin nada en la cabeza, envuelto en una
total serenidad, una mirada clara y transparente, envuelto por una atmosfera de
luz, ya no hubo palabras.
Ya a lo largo del día las imágenes se repetían y me
sentía atado, atrapado a la energía de aquél médico, mi inquietud aumentaba al
sentir con fuerza a mi compañera en estados muy alterados en aquellos momentos que
se encontraba muy lejos, materialmente.
Un toque de
teléfono de mi compañera sentimental aclaraba aquella situación, como la experiencia que había vivido durante
dos días. Estaba muy alterada, señalaba que se había muerto su médico y amigo,
había sufrido un infarto y había permanecido 24 horas inconsciente. Sus compañeros
médicos no pudieron hacerle reaccionar.
Por unos
momentos guardé silencio, luego le amplié los acontecimientos, le indiqué que
había tenido una experiencia extra corporal con conexión telepática con su
médico, que se había acercado para hacerme algunas indicaciones sobre el estado
psicoemocional en el cual ella se encontraba y su interés para que le prestase
ayuda. En vez de suavizar los ánimos mis palabras la alteraron más. La muerte de su médico la dejaba desprotegida con una salud quebradiza.
Preocupado subí
a mi estudio para reflexionar, poner claridad en aquella situación dado el impacto
que le había producido a mi compañera. Seguía sintiendo a aquél ser, ya
espiritual, eleve un pensamiento de luz por la enseñanza que me había dado en
mi desarrollo mediúmnimico.
En su primera
visita estaba con un casco en la cabeza, todavía estaba vivo físicamente,
estaba en el hospital conectado a máquinas en un intento de recuperarlo, ya en
las visitas posteriores había como un desprendimiento, ya no llevaba nada en la
cabeza y su cuerpo era más fluídico. La última manifestación correspondía en tiempo
físico con la muerte física, con el desprendimiento de la materia.
Este
acontecimiento sucedía en la primavera de 1.974. Las experiencias paranormales
cada vez iban cogiendo más fuerza que me imponían seguir aquél camino que yo no
deseaba hacer; complementar mi desarrollo como médium. Es evidente que si nos
dejamos llevar la vida nos conduce y si nos resistimos despiadadamente nos
arrastra. Manolo