Del fondo de
vuestras experiencias en lo humano sacáis las frescas aguas transformadoras de
luz y de amor, la ayuda que debéis dar a vuestra comunidad humana. En la medida
de vuestra entrega y verdad seréis una luz que produzca destellos, calor y confianza
para el corazón afligido.
Pensad
hermanos, que yo encontré la luz en el mundo espiritual, a pesar de mi
situación en el mundo terrestre que fui conductor de fieles, conductor de
almas, que fui un elegido del mundo terrestre, yo verdaderamente, hermanos
queridos, estaba completamente confundido en mi condición como cardenal. Estaba
completamente confundido pensando que yo estaba cerca de Dios y de la verdad, y
cuando me encontré en el mundo espiritual fue cuando reconocí mi propia verdad.
Por eso, hasta hace poco mi misión era ayudar a los que están a ciegas entre el
mundo físico y el espiritual, a hermanos que tienen una facultad y que se
encuentran prisioneros por las ataduras terrestres. Y ahora no, ahora mi misión
definitiva es el apoyo a este médium en su misión de caridad espiritual.
Me retiraré
con la ayuda del Padre Todopoderoso, con el deseo que os dé luz y la claridad
para que podáis encontrar dentro de vosotros la satisfacción de las cosas, el
amor, la dicha, y podáis desterrar las sombras que os torturan con el nombre de
las enfermedades materiales que vosotros mismos os las formáis muchas veces
hermanos. Que el Padre os proteja con su profundo amor; hasta siempre mis
hermanos queridos.
Espíritu
Fernando